Paramos en una zona llamada "Las Caritas", unos rostros tallados en la roca que se atribuyen a los indios Tahínos.
También paramos en "La Azufrera" un lugar llenito de iguanas gigantes donde desayunamos.
El resto del ´dia fue un peregrinar por pueblos y pueblos hasta llegar a Bánica donde estamos.
En la travesía nos quiso sobornar un policía para que le diesemos dinero a cambio de no multarnos, pero yo le dije que me multara y que se identificase. Nos multó y luego se arrepintió y nos quitó la multa. Menuda jeta.
Después de muchas penurias llegamos al pueblo de Bánica, donde hay un hotel verdaderamente asqueroso, pero no hay más.
Como detalle comentar que para ducharte te tienes que echar el agua por encima con un cazo.
A la noche salimos a cenar a un puesto de un chaval haitiano que vendia salchichas a la parrilla. Yo fui a comprar tres panes y una cerveza y cenamos los tres, y el chaval decidio que iba a vender las salchichas en pan, con lo que reinventamos el perrito caliente y se puso muy contento. La salchicha salia a 15 pesos y el pan a 5 pesos.
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