La entrada al parque natural cuesta 100 pesos (dos dolares y poco), así que en una caminata de unos 40 minutos nos plantamos en una de las playas más bonitas que he conocido, y lo mejor, no llegó nadie hasta dos o tres horas después.
Estuvimos haciendo snorkel, yo desnudo, persiguiendo a un lenguado bastante grande y disfrutando del lugar hasta que comenzó a aparecer algo de gente -era domingo-, pero para entonces nosotros ya llevábamos horas por allí, así que le ofrecimos 500 pesos a un barquero y nos devolvió a nuestra tienda de campaña.
Una mañana muy bonita, la verdad.
Una vez recogida la tienda, nos pusimos en marcha otra vez hacia Cabo Rojo para volver vía Oviedo hacia Neiba.
En Neiba, después de chequear los 4 hoteles que había -4 mierdas-, nos decidimos por el Deisy y Hermanos, un cuchitril donde Santiago el recepcionista, nos consiguió una toalla de más y conocimos a un político que iba haciendo campaña para el 2015 por el partido socialista de este país. Pronto empieza. Me cayó algo mal, se le veía súper falso, y me recordó a Otto Guevara cuando lo conocí en Costa Rica. Otro falso.
Salimos a cenar a una pizzería súper cutre donde nos trajeron las hamburguesas de un puesto callejero y las cervezas de una discoteca cercana. Flipante. Y nos cobraron más o menos 5 $ por persona.
Aquí la comida es súper barata, aunque la cerveza sube un poco la cosa, pues sale a un par de dólares la litrona, pero bueno, sigue siendo muy barato.
Nos cuentan que hay delincuencia, pero sinceramente, yo no la veo ni la siento. Veo pobreza, pero me siento más seguro que en Costa Rica, por ejemplo, y mucho más que en Nicaragua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario