El viaje duró casi todo el día, y después de una larga pateada con lluvia, pillamos un taxi -menos mal- para llegar al Futterby Hostel, un lugar realmente especial, aunque para mi gusto, demasiado asalvajado.
Nos alojamos en una casa construida en un alto, sin paredes, en camas con mosquitera. Había cucarachas en los baños tamaño XXL pero parece que a nadie le importaba, todo estaba "en armonía con la naturaleza", el sitio era totalmente ecológico, no se tiraba de la cadena y todo era muy alternativo, natural y esas cosas de hippies, pero los dólares, los de siempre.
Por cierto, nos costaba 12 $ por persona la noche en la cabaña esa sin paredes y durmiendo encima de los baños.
Al menos alquilan tablas de surf y está cerca de la playa, asi que nos iremos a surfear mañana.
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