Por la tarde, salí yo solo a dar una vuelta, tomar unas birras y conocer a gente. Me junté con un ingeniero de no se qué, un empresario de fontanería, un chaval bastante joven que se dedicaba a hacer negocios comprando y vendiendo terrenos y más cosas, y otra gente que no recuerdo ni a qué se dedicaba.
El caso es que aparecí de nuevo en el hotel a las 8 de la mañana, pero la verdad, lo pasé en grande.
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