jueves, 14 de noviembre de 2013

2013 noviembre 12. VIAJE A NICARAGUA. GRANADA.

A primera hora nos estresamos muchísimo pues no teníamos impresos unos billetes falsos de avión que necesitamos para que nos vuelvan a renovar nuestra visa en Costa Rica, no podemos entregar el coche a la hora (10:00), perdemos el autobús (TicaBus) a Nicaragua y todo se nos acumula, así que nos estresamos bastante, pero al final, renqueando, todo sale bien y embarcamos en ese bus donde el aire acondicionado era más que nada un castigo.

Salimos a las 12:30 y hacia las 19:00 llegamos a la frontera con Nicaragua. Los trámites fronterizos se hacen a oscuras en un lugar bastante inhóspito y llenito de mosquitos, muchos más de los que te estás imaginando. Un poco asqueroso.

Además a mi no me quieren devolver mi pasaporte diciendo que el de la foto no soy yo. O estoy más joven o estoy más viejo!! Lo chequean con otra documentación que llevo encima (el Capitán de Yate y el Carnet de conducir) y me lo devuelven.

Sacamos 200 $ del cajero y cambiamos algunos córdobas a razón de 25 córdobas por dolar.

Al llegar a Granada nos apeamos del autobús y un enjambre de taxistas nos asedian aunque no les hacemos mucho caso, explicándoles que hemos hecho una pre-reserva en el GM Granada, un hostel con bastante buenas críticas en TripAdvisor.

Uno de ellos nos explica que el hotel está en el centro de la ciudad, a unos 3 km. Que es muy peligroso ir por la noche con maletas por esa zona, y que a cambio de 3 dólares nos acerca. Pedía 4 pero aceptó con 3. Vamos cargados hasta los topes, con la tienda de campaña, las mochilas tremendas y muy cansados, así que nos dejamos convencer.

Resulta que el hijo de puta nos lleva hasta el centro de la ciudad y nos pretende convencer de que nos alojemos por el centro, que es mucho mejor. Yo le digo que nos lleve a ese hotel que tenemos mirado, y cuando nos queremos dar cuenta, se dirige de nuevo a donde nos había recogido o a esa zona, con lo que nos mosqueamos y sólo le pagamos 2 dólares.

Y eso porque realmente no me di cuenta de dónde nos había recogido, porque era justo en la puta puerta del hostal, con lo que los primeros momentos en Nicaragua no se puede decir que sean buenos, ni mucho menos!

El hostal está super bien, con piscina y una fuente con tortugas, pintado en azul y blanco.

Salimos a cenar a un puesto callejero donde una señora con tres perros nos da una comida regular sin cubiertos y encima nos saca un refresco de la tienda de al lado.

Le preguntamos si la zona es peligrosa y nos dice que sí, que "te puñalean", así que poca hostia esta noche.




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