Como tuve la suerte y la desgracia de nacer un 29 de febrero, cumplo años cada cuatro años.
Como este año no es bisiesto, pues resulta que tengo dos dias de cumpleaños: el 28 y el 1.
Por la mañana estuvimos pintando el motor del barco con Hammerite, que un goteo de agua de mar habia hecho un minidestrozo y con el oxido en el mar no se juega.
Unos pescadores nos regalaron unos peces que nos comimos frititos muuuy ricos, pero no se que peces eran.
Fuimos a la peluqueria por la mañana, y luego, a la tarde Paul y yo fuimos a comprar su maleta, pues mañana se va a Malta y no tiene ni maleta.
Por la noche nos haboa invitado Chelo a cenar a su casa con la excusa de ser mi cumple, asi que nos fuimos caminando por una tremenda cuesta de dos kilometros hasta la calle Salvatore Calenda a su casa, una casa victoriana tremendamente grande y bonita, con su chimenea, y muy acogedora.
Alli estaban Franco y su mujer, Lourdes, estaba Chelo, su hijo Alessandro y Alber y yo. Cenamos muy bien, unas salchichas de esta zona, una pizza riquisima y mortadela.
Volvimos al barco hacia las 23:30. Paul sigue preparando su precipitadisimo viaje...
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